El juego era hacer la plancha y dejar que las cosas las haga otro, el que sabía hacerlas. Quizás Kirchner sobreactuaba, se preocupaba demasiado, cuando no era necesario. El poder se ejerce de muchas maneras, no solo coercivamente. Se puede ejercer el poder de manera carismática (a lo Lula), a través de incentivos, coercitivamente o un mix de las tres. Kirchner no tenía mucha carisma - a pesar de lo que digan los kirchneristas hoy quienes nos lo quieren vender como si tuviera el carisma de Menem- y no confiaba tanto en eso de los incentivos. Pero la seducción y la motivación también le permiten a los gobernantes hacer que los demás trabajen alineados con uno, evitando el desgaste que implica la apretada constante.
Cristina no sabe apretar porque para apretar no tenés que tener solo una personalidad dura y una posición firme, sino que tenés que conocer al otro, saber dónde están sus puntos débiles, entender qué es lo que quiere, etc. Y para eso, tenés que laburar, día y noche, estresarte un montón y hacer todo lo que bien sabía hacer Néstor y que le consumió la vida.
Los Kirchneristas le ponen la banda a Cristina y hacen análisis sin poner mucha materia gris en ellos. Sobre todo los jóvenes, los que menos piensan. Arman el circo y se lo creen. Mientras tanto, Joaquín Morales Solá (aka el conspirador de nuestro diario y servidor del Grupo Clarín) nos ofrece dos ideas magníficas que, creo, se van a ver con mayor claridad en el futuro cercano, cuando las cosas decanten:
La diferencia sustancial de todos los Kirchner con Néstor es que a éste le costó construir una vida política desde la nada. Llegó muy alto y muy solo.
Es probable que lo que hacía Néstor no lo sepan hacer los otros K, al menos, no tan bien. Pero segundo y mucho más interesante es la relación con Daniel, el optimista de la política:
No le gustó la decisión de Daniel Scioli de convocar a los intendentes bonaerenses en apoyo de ella misma. "Sé lo que son los momentos más difíciles y por eso debemos respaldar a la Presidenta", había dicho Scioli, condescendiente, en La Plata. "No es el momento más difícil, sino el más doloroso de mi vida", le replicó indirectamente Cristina Kirchner.
Está muy claro que Scioli tarde o temprano se puede abrir, y va a conseguir apoyo para hacerlo. Somos muchos los que pensamos que el efecto "empatía por Cristina" es transitorio. Así cómo lo fue con Alfonsín Jr en 2009. Tiene los incentivos claros, puede ser candidato a Presidente y ganarle a Cristina. Mucho más importante que eso es que si Scioli se postula a Presidente se abre una vacante, la gobernación. Qué intendente no aspira a ese sillón? Claramente, Scioli cuenta con dos cartas muy importantes para pelearle a Cristina la candidatura: su imagen positiva y la posibilidad de seducir a muchos intendentes y gobernadores a que se sumen a su proyecto. Se animará?
4 comentarios:
Eso sí que sería apocalíptico, a pesar de que no lo considero plausible.
Antes que nada, veo difícil que Cristina se caiga de buenas a primeras a no ser que acepte o sea obligada a aceptar las condiciones por motivos que no creo factibles (básicamente que le resulte imposible ganar). A la vez, tenés que tener en cuenta que en el paquete de los intendentes y gobernadores viene Moyano (necesariamente), y Moyano le resta imagen de gorila al motonauta. A la vez, "las bases" (y los partidos/militantes cercanos al kirchnerismo) no consideran en absoluto a Scioli un defensor del "modelo": Dudoso que no haya reproche a no ser que Cristina ocupe un papel importante pero no central en las futuras listas.
Por otro lado, creo que Scioli no supera la calificación de idiota oportunista: llevó a cabo una notoriamente peor gestión de la provincia que Macri en la CABA (algo evidente para QLP, algo deshonroso bajo mi punto de vista).
PS: Bajale los vidrios a la moto che, te puedo asegurar que más de un análisis joven de la política te puede sorprender. El hecho de que los hayas visto llorando no implica que sean una manga de imberbes. El outsider puede muchas veces analizar mejor determinadas situaciones, pero bastantes otras lo suele hace peor (¡sobre todo en vistas de que no noto demasiado argumento detrás de la frase!)
1. No se si sería apocalíptico, dudo de eso. Scioli no es el Presidente que deseo, pero tampoco Cristina.
2. Cuestión Gorilismo: me parece que hoy ser gorila no está tan mal visto, excepto quizás para los jóvenes intransigentes o ultra-kirchneristas. Pero cuántos son? Creo interpretar que la demanda de gran parte de la sociedad (la mayoría) no es que se profundice el modelo (nadie sabe bien que quiere decir) sino que se ataque el problema de la inflación y sobre todo de la inseguridad.
3. Los intendentes y Moyano no andan en buenas relaciones. Con quién se queda Cristina? Moyano es uno de los tipos que más enemigos tiene. Para mí se sobre estima su poder porque se parte de la base de que el poder es un stock, que por ahí lo sea pero con una tasa de depreciación muy alta.
4. Coincido en que la gestión de Scioli es mala. Pero, insisto, vamos a verla a Cristina. Hay que ver quién hace todo lo que hacía Néstor.
5. Puede ser. Hasta ahora lo que más leí es la reinvindicación de la militancia, a toda costa. Creo que tendría que haber menos militantes y más laburadores, pero yo no soy el dictador benevolente.
Saludos
Bueno, claro, lo de apocalíptico es subejtivo...
Respecto al gorilismo, ojo, porque hay que tener en cuenta que en estas elecciones están estipuladas las internas abiertas y obligatorias. No hay que subestimar que muchos kirchneristas o filo-k se acerquen en el marco de una disputa abierta Scioli-Cristina.
Y sí el motonauta no se atreve a tanto y trata "desde adentro" de convertirse el Kndidato, yo no subestimaría tanto a las bases.
Varios gobernantes y Moyano no andan en buenas relaciones, eso no significa que no necesiten a Moyano. No hace falta revisar mucho tiempo atrás para conocer el papel de los sindicatos en la política...
Respecto a la militancia, son visiones de democracia. Respecto al laburo, te creaste una dicotomía que no es...
Creo que te equivocás. La historia, que no es infalible pero es una buena maestra, enseña que los intendentes del conurbano (minigobernadores en la jerga del turco Asís), aspiran a conservar su quintita, y no tienen las naturales aspiraciones de una carrera política. Las contadas excepciones fueron "storm pilot", y más acá, Alberto Ballestrini.
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