Los economistas somos bichos raros, y aunque nos demos cuenta nunca llegamos a comprender la magnitud de nuestras rarezas. Situación cotidiana: cuatro amigos de oficina, de los cuales tres son economistas con perfil académico y uno abogado se juntan a almorzar. El abogado, como siempre, toma el punto opuesto en todas las discusiones.
Otra situación menos cotidiana: vacaciones. Hermosa época para interactuar con la familia y amigos... lástima que tus amigos y familia estén compuestos por artistas, psicólogos, sociólogos y otros. Ahora sos vos el abogado, el que toma la punta opuesta en las discusiones. El que dice que la música no es más que un fenómeno físico, un conjunto de ondas sonoras emitidas por algún instrumento que son recibidas por el oído e interpretadas por el cerebro. El que insiste en abstraer, en analizar un problema puntual llevándolo a las categorías más generales posibles y luego re-introduciendo las especificidades del caso. O dicho de otra forma, por qué no está mal que en la Costa Atlántica existan playas privadas, o que el agua embotellada se venda. El que apelando a un simple producto cartesiano le dice a un músico que si el conjunto de sonidos perceptibles por el oído humano es finito, entonces existe un número finito de melodías que pueden construirse en una cantidad de tiempo finita. Sólo resta que alguien las componga. Y que en algún momento futuro las computadoras podrán componer todas las melodías imaginables. Lo mismo aplica a la escritura. Claro está que si todavía no se pudo resolver un juego trivial como el ajedrez, lejos estamos de conocer todas las melodías posibles. Ahí está la letra chica, pero el concepto se mantiene.
El punto de esta desordenada colección de palabras veraniegas es lo del título. Entre los economistas sufrimos un importante sesgo de selección: el común de la gente es menos economista de lo que los economistas pensamos. La gente está acostumbrada a pensar los problemas de formas muy diferentes a como nosotros los economistas los pensamos y si bien creo que el nuestro es un instrumental superior, cada tanto deja de convencerme la idea de que somos físicos que explicamos las leyes que utiliza inconscientemente el jugador de billar al pegarle a la bola. Hoy amanecí muy behavioral.
Una anécdota reciente. Hoy salí del departamento con mi cuñado. La calle está girando a la izquierda, pero el tomó el ascensor que está a la derecha del departamento (no el que está a la izquierda). Nos subimos y le digo "el otro camino es más corto". Sonríe y me dice "vos siempre tan economista", pero para ese momento yo ya estaba retractandome por dentro y pensando que, en rigor, el ascensor de la izquierda era más utilizado por ser más cercano a la calle y que por ende quizás sea óptimo siempre tomar el de la derecha: gastas un metro más de recorrido pero ahorras varios segundos ya que se utiliza menos. Subimos al auto y le comento mi corrección, y me dice "no se, se utilizan bastante parejo". Me callo y pienso que no entendió nada, que en vano explicar más, que el trade-off tiempo-distancia, que hay un aire a Hotelling, que de donde llaman al ascensor, que tendría que hacer las cuentas, etc.
No les pasa algo parecido? Díganme que sí, por favor. Son mi catarsis, me siento incomprendido.
13 comentarios:
¿Por qué está bien que en la Costa Atlántica haya playas privadas? Es una conclusión poco intuitiva ésa y me despertó la curiosidad.
No soy economista pero si ingeniero, y me pasa mas o menos lo mismo.
El tema del sesgo de selección es gracioso, pero también es muy grave y genera muchos problemas. Recuerdo por ejemplo cuando Lavagna quería que los particulares compremos ciertos bonos al estado, y que cada persona proponga el máximo precio que estaba dispuesta a pagar...esa idea, que es perfectamente racional, era también absoultamente absurda para la inmensa mayoría de los participantes.
A mí me pasa muy seguido... Pero poco a poco conseguí que mis amigos digan no economistas digan "no podemos ir a comer panchos un viernes a la noche, tiene un costo de oportunidad muy alto..." o "el trade off tetas cintura...". Je,
R,
y... las vacaciones se hicieron para no pensar por cual ascensor bajas mas rapido... es mas, se hicieron para no pensar en nada.
Abrazo!
Carlito
Completamente de acuerdo Sam. A pesar de no ser economista, todavía, recuerdo varias ocasiones de estar con amigos, que salte algún tema y de repente utilizar un latiguillo típico de economista: "Bueno, en realidad DEPENDE de...."
Que linda que es la economía.
A mi me pasa lo mismo. Lo noto cuando estoy en la facultad con otros economistas, siento que hablamos en otro idioma: trade off, costo de oportunidad, minimizacion de costo, son frases usadas muy a menudo. Y los que no son economistas piensan que soy medio raro.
Intenté ir a la cancha y en vez de cantarle al otro equipo "sos un cagón" gritarle "averso al riesgo", pero los muchacho de la popular no se coparon.
Me pasa, y eso que no soy economista, pero me gusta darle un approach a la economista a las cosas.
Jajaja, muy bueno el trade-off tetas cintura...
Trade-off ya se extendió a todos mis allegados no economistas. No tiene igual...
También me piden que haga las cuentas de la cena y el súper. "calculadora no soy"
En mi casa hay dos ascensores. Uno de los dos baja hasta la cochera, el otro solo llega a planta baja. Como vivo en el 5to piso y hay 8, no me gasto en llamar al que está sesgado hacia abajo.
Varios meses después de mudarme, descubrí que el portero suele llamar al ascensor que llega hasta la planta baja para que los vecinos puedan subir rápido. Desde entonces me dan escalofríos de procesos estocásticos cada vez que salgo de casa.
Espero haber sido de ayuda :p
Cada vez que veo un bárbaro conduciendo, siempre digo "la selección natural inexorablemente se hará cargo..." y siempre me dicen "che, te estás volviendo facho vos!" JUAAAAA
Si, no estás solo. saludos.
Uso constantemente ese tipo de términos con mis amigos, y ninguno es economista. Por ej, decimos "hagamos hipotenusa" (en vez de caminar dos ineficientes catetos). También costo de oportunidad, trade-off, cuál es el upside, no es un dealbreaker, hacele follow-up (que no son términos economistas pero sí una jerga particular).
La eficiencia es contagiosa: mi mujer me pone mala cara si mientras ella cierra la puerta con llave yo no estoy yendo a llamar al ascensor.
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