24 de marzo. Primer fecha patria del año. El 24 de marzo de 1976 yo no había nacido, pero en la actualidad parecen haber pocos acontecimientos más relevantes en nuestra historia que el golpe del '76. 35 años después todavía cargamos con la violencia política de los '70 que vive en nuestras mentes como si hubiera sido ayer.
El uso político que hizo este gobierno de la fecha maldita es vergonzoso, una deshonra para la sangre que inútilmente derramamos hace 35 años en este mismo suelo. Y como si ya hubiésemos resuelto todos los problemas presentes y futuros del país, los argentinos vivimos empantanados en la farsa de un gobierno que intenta reeditar en cadena nacional lo que se escribió con plomo.
Recuerdo una discusión reciente con un amigo de la secundaria que se nos terminó yendo de las manos. Nos acordábamos de una marcha por los juicios a los militares a la que habíamos ido de más pendejos. "Teníamos la historia mal contada en esa época," le dije. "Los milicos fueron lo que fueron, pero los montoneros no eran los santos que nosotros creíamos." Y ahí empezó la discusión, que la teoría de los dos demonios, que si critico a los montoneros soy un milico, que este gobierno es el único que hizo algo por la justicia y la memoria. "En verdad Alfonsín hizo más, y en un momento más difícil," le dije. "Y yo no justifico a los militares, pero tenemos suerte de que las organizaciones armadas no llegaran a tomar el poder, porque ahí eramos todos boleta." La discusión se caldeó, me terminó diciendo que apoyaba la represión, las violaciones y la apropiación de bebés. Me calenté, y le dije que él pensaba como los terroristas, que se cagaba en la democracia y que quería que fuéramos como Cuba. Me contestó que sí, que inclusive si hubiésemos estado en esa época él se habría puesto del lado de montoneros y se habría asegurado de que yo fuera boleta por defender al capitalismo burgués.
Ninguno de los dos había nacido en 1976. Y nos estábamos corriendo con banderas prestadas.
La foto que ilustra la entrada es de 1982 del diario La Opinión Austral. Representantes de distintos sectores, entre ellos Kirchner, se habían reunido para manifestar su apoyo a las fuerzas armadas. ¿A alguno le molesta esta foto? No debería.
El lavado de cabeza que hace este gobierno sobre las generaciones más jóvenes es muy triste. Algunos toman la precaución de leer libros y hablar con la gente, pero muchos se informan solamente a través de lo que leen o escuchan en los medios oficialistas. Para el que vivió de lleno los años de plomo el retorno a la democracia tiene un enorme significado, mucho mayor que el inicio del último golpe que contó con el apoyo de la mayoría de la sociedad y tampoco fue la primera interrupción democrática en este país. Pero hoy en día los jóvenes se forman con la idea de que en 1976 la democracia gozaba de buena salud cuando desembarcaron un grupo de locos con pistolas que nos sometieron, reprimieron y desaparecieron. Y todos estábamos en contra del golpe salvo Ernestina Herrera de Noble, Magnetto y dos o tres empresarios más, aunque ninguno se animaba a hablar por culpa del miedo. Las agrupaciones armadas lucharon valientemente en contra de la dictadura y a favor de las instituciones republicanas, pero fueron reprimidas con violencia.
Y frente a esta fantasía, la farsa. Un canciller levanta el dedito para señalar golpistas; hace 35 años abría un diario para apoyar al golpe. Mientras este hombre escribía loas a los militares, otro era perseguido por la triple A de Perón por haber asesinado civiles y miembros del ejército durante la democracia. Hoy es un diputado oficialista y con mucha suerte, sobre todo por no haberse cruzado antes con su principal aliado político, un gremialista que por aquél entonces dirigía la Juventud Sindical en Mar del Plata. El gobierno que dice luchar por la libertad de expresión quiere apropiarse de la distribución de papel y para ello pavonea por los canales oficialistas a uno que en 1975 se dedicaba a censurar a la prensa crítica desde el gobierno. Entre ellos, el diario del padre del primer señor mencionado arriba, quien luego fuera secuestrado por los militares.
Este tipo de círculos se pueden trazar con mucha facilidad, y llegan a tocar a todos los sinvergüenzas que hoy se golpean el pecho y quieren lucrar con los muertos del pasado.
La foto de Kirchner no me dice nada. Mal que nos pese, todos los argentinos que vivieron esa época tienen una foto. Los que apoyaron, los que callaron, los que llenaron los estadios, los que vivaron a Galtieri. La juventud maravillosa también tiene su foto, cuando asesinó a civiles y militares durante la democracia, cuando intentó derribar las instituciones burguesas a sangre y fuego, cuando metió a un tipo desnudo en un pozo y le pegó un tiro en la cabeza porque "el pueblo lo decidió."
Porque la verdad es que hace 35 años el país este que vemos ahora era el mismo. Éramos los mismos y estábamos todos acá, no nos habíamos ido a ninguna parte. Así que a mirarse al espejo, viejo, y aprender de los engendros que supimos parir. Videla y Firmenich son hijos de este mismo suelo, también lo son Alfonsín, Menem, De La Rúa, Duhalde y Kirchner. No hay vuelta que darle.
Me gustaría cambiar el 24 de marzo al 10 de diciembre, cuando los argentinos nos pusimos de acuerdo y nos dimos una democracia. Que posteriormente terminó siendo muy imperfecta, pero infinitamente superior a los tiempos que en 1983 habíamos dejado atrás.