lunes, 20 de septiembre de 2010

No robarás bienes fungibles

Hace unos días perdí mi celular. Larga historia, se donde está, se quien lo tiene y en unos días lo recuperaré. No es la primera vez que me pasa: mi anterior celular también fue devuelto a mis manos, no sin antes comunicarse con el contacto que decía "Papa" para informarle que había encontrado un celular en el piso.

Algunos pensarán que soy afortunado, pero simplemente soy un ratón. Antes fue un Motorola C115, que no se rompía ni aunque lo deseara con todo mi alma. Ahora, un Nokia 1661 al que le funciona demasiado bajito el audio. Celulares in-robables. Quien osara chorear celulares tan feos y baratos debería ser sometido a la pena de muerte. O peor, ser condenado a usarlos hasta que otro te lo robe. No se puede ser tan bagayero.

Además de austero en tecnología, soy previsor. O como a los economistas nos gusta decir, "forward looking". Se que soy un colgado, se que me olvido el celular, y por ende tengo celulares que sean fáciles de reemplazar. Al ser tan económicos, su valor de reventa es casi nulo, lo cual a su vez hace que la gente que encuentra mi celular opte por devolverlo en lugar de intentar revenderlo. Putos somos todos (lo faltan son financistas), y todos tenemos moral cuando se trata de un C115. Algunos no robaríamos bajo ninguna circunstancia, pero como siempre, ese no es el punto. El punto es que todos tenemos un precio.

El precio de reserva de la ética de un individuo esta en algún punto entre un C115 y más infinito, usualmente un poco mas a la derecha de mi viejo celular que a la izquierda del puntito rojo (infinito puntito rojo, pertenece al conjunto de los reales cromáticos).

Toda esta cháchara sobre mi celular para contarles que Dan Ariely investiga en serio (y sin perder celulares) sobre temas de ética y corrupción. El clásico ejemplo de las latitas de Coca Cola: la gente prefiere robar un dolar en gaseosas que un billete de un dólar. Supongo (no tengo ni idea, es solo una introspección) que mucha gente que se robaría la latita de coca no se robaría objetos más valiosos. Una latita no es "robar", es como Marge con las uvas en el súper (lo mío son las almendras...). Eso si, no te robes mi cerveza!


2 comentarios:

Ana C. dijo...

Yo, frutillas y cerezas, además de uvas. La excusa es que es para probarlas. Mi marido me reta porque me dice que me estoy comiendo un montón de pesticidas.

Cole Trickle dijo...

No olvidemos a la baguette de carrefour, en día de asado más de uno se la ha comido (?)